sábado, 5 de enero de 2013

Pensamientos de Jean Vanier: ¿En qué consiste la felicidad?

Pensamientos de Jean Vanier: ¿En qué consiste la felicidad?: La felicidad no viene del exterior, de las cosas que poseemos o del poder de nuestro grupo, sino del interior, de ese lugar sagrado en nosot...

lunes, 4 de octubre de 2010

Feria Chaco 2010: El arte boliviano contemporáneo muestra su madurez en Chile


La galería cruceña Kiosko ha presentado la obra de seis artistas bolivianos en la Feria Chile Arte Contemporáneo (Chaco 2010), una muestra de lo más relevante que se está gestando y produciendo en la Bolivia de hoy.

Se trata de los artistas Alejandra Alarcón, Roberto Valcárcel, Douglas Rodrigo Rada, Andrés Bedoya, Raquel Schwartz y Roberto Unterladstaetter, que comparten espacio nuevamente en la segunda versión de este evento, que se realiza cada primavera en Santiago de Chile. Pensado como una plataforma de encuentro y debate, Chaco 2010 reúne a 45 galerías de arte de Argentina, España, Colombia, México, Guatemala y Brasil.


“Se habla que somos una de las galerías más coherentes: tenemos una propuesta, hay fuerza en el diálogo y en el discurso. A Kiosko le interesa eso: ser una plataforma y un espacio que hable, que pueda proponer y que pueda comunicar a través de los artistas”, dice Raquel Schwartz, artista, directora de Kiosko y curadora de la muestra presentada en Chaco.

Sin que estén necesariamente conectadas una con la otra, la obra seleccionada pertenece a “artistas que trabajan un al límite, no son complacientes y mas bien tienden a inquietarte, provocarte, hacerte pensar”, afirma Raquel.

La aseveración tiene su contrapunto. Como dice el filósofo, historiador y curador peruano José Luis Falconi: “El arte contemporáneo -y cualquier tipo de arte- tiene que ser sorpresivo, novedoso, pero que esa novedad tiene que estar ligada a un rigor. No tiene que ser necesariamente chocante o absolutamente contrario a los normas, a veces ese algo es un simple objeto que rompe moldes, pero esa ruptura está siempre en relación con una tradición”.

Los artistas y su obra
Ahí esta la obra de Alejandra Alarcón. Artista cochabambina nacida en 1976, estudió sociología en la Universidad Mayor de San Simón y Artes Visuales en México. Trabaja intermitentemente en ambos países y su obra –acuarelas en tonos amables, ilustraciones de apariencia inocente, temática acaso sórdida, y videos- ha sido premiada y exhibida en galerías en Italia, China, Estados Unidos y España, entre otros países.


En Chaco, Alejandra presenta cuadros de la serie Amorte, recorriendo el simbólico mundo de las relaciones de pareja, a partir de tres personajes: él, ella y el conejo muerto que cuidan, único equilibrio de una realidad falaz que no termina de desvanecer. Ha pintado también sobre una Rapunzel que no se corta las trenzas o una Caperucita que seduce al lobo, pero no siguiendo la inspiración de los cuentos infantiles, sino en el afán de rebelarse ante los arquetipos que éstos inspiran.

Al fondo se expone la obra del artista conceptual Douglas Rodrigo Rada. Nacido en La Paz y formado en México, Rodrigo escoge el medio –dibujo, video, escultura- para dejar fluir a los contenidos que dice le rondan desde hace varios años. “Toda la obra es como una compulsión de signos y utilizas el medio que te sirve para dejar más claro el mensaje”. Y ése no es más que la otredad, la tensión entre lo uno y lo otro, representada a través del blanco y el negro.


Las grandes manchas negras que antes caracterizaban a sus dibujos han dado paso a una serie de garabatos que, dice él- representan de manera más emocional lo que antes decía en blanco y negro. Así, en Chaco expone esos dibujos logrados de manera casi obsesiva o que se complementan con agujas o un antiguo metro de carpintero con un Cristo crucificado que combina con una cruz hecha de dados.

Roberto Unterladstaetter es cruceño, ha estudiado diseño gráfico y comunicación social. Trabaja en Simple, un estudio de diseño y comunicación visual que respalda el funcionamiento de la galería Kiosko, de la que además es socio. Su obra ha sido parte de exposiciones individuales y colectivas y le ha merecido el gran premio de la Bienal de Artes Visuales de Santa Cruz en 2008.

Lo que Roberto define como arte político es siempre una declaración de principios. Ha usado el afiche, el video, las performances y la fotografía para revelar o denunciar las ambigüedades o contradicciones que le provocan. En Chaco, expone la serie “Tapetes” o montajes fotográficos que asemejan esos tejidos a crochet que antes vestían los electrodomésticos, pero que en este caso son fotos pornográficas bajadas de Internet, recortadas y pegadas una a la otra. “Son parte de un proceso bastante crítico que se inició hace tiempo y que hablan sobre el uso de la mujer”.

Siguiendo el largo proceso de instalaciones e intervención de espacios, Raquel Schwartz presentó en Chaco una serie de lienzos forrados con peluche rosado. El material es como una constante en una obra que aborda varias temáticas, desde la cirugía plástica hasta una jaula urbana, con un eje: la ilusión. “Esa es mi obra: yo forro espacios con peluche rosado. Mis instalaciones tienen que ver con esa idea de espacio ilusorio, como hogares, casitas, espacios hogareños de casas”, dice la artista visual.

La propuesta en Chaco es como “una alternativa a la historia del arte: un paisaje, un paisaje interior, un abstracto, un  vacío y un bodegón”. Además, expone un chal tejido en cinta de casette como una escultura movible y efímera, y una intervención del suelo, donde ha pegado retazos de peluche y que han sido desdeñosa y anónimamente desplazados por el paso de los curiosos que pasean el stand de Kiosko. 

La plataforma de arte
Acaso lo más relevante de la participación de Kiosko en Chaco 2010 sea la reafirmación del proyecto de la galería como una plataforma para generar proyectos y espacios para la manifestación artística de la diversidad contemporánea actual en Bolivia.

El programa Residencias es una confirmación de ese espacio dinámico en pleno funcionamiento. Consiste en la reunión de un artista boliviano y un artista internacional que conviven por dos meses en una casa, trabajando, reflexionando e intercambiando experiencias en un contexto de colaboración.

Hasta ahora ha beneficiado a 8 artistas bolivianos y 8 provenientes de Argentina, Brasil, Colombia, Australia y Canada. “Es increíble cómo ha cambiado la visión y la manera de ver el arte en los artistas bolivianos… les da la oportunidad de hablar de arte, (y lograr) un intercambio fluido de conceptos, ideas, problemas, similitudes, diferencias, que enriquece muchísimo”, afirma Raquel.

De paso, se desdibujan los prejuicios sobre el arte contemporáneo en Bolivia. “En nuestro país hay una producción artística contemporánea única, joven, muy buena y según el curador peruano argentino Gustavo Buntinx, estamos pasando por el mejor momento de Bolivia en el arte”, concluye.

(Publicada en el diario Página Siete, el 3 de octubre de 2010)

jueves, 5 de agosto de 2010

Azoramientos

Hoy, que soy de aceite, Santiago es un gran cubo de agua
 

Hoy, que soy de aceite, Santiago es un gran cubo de agua
De cuando fue desierto, recuerdo la sed
La ciudad indolente a la que quiero conmover
Pocas calles reconocerían mis pasos, qué muralla recogería mi sombra, si nunca he alcanzado a caminar a la vera del notorio río, o extraviado en el mercado del centro. Apenas el tímido flirteo con el parque forestal y los paseos contiguos, coquetos, inasibles. Los ojos que en un instante se pasman ante la extensa montaña, zozobran luego en los vagones del metro. Destilo en Santiago como relente en la hora quieta.



El fantasma en la ciudad

Diría que a mi llegada me convertí en fantasma. La primera noche, mi vestimenta se había tornado blanca y solo absorbía los colores de alrededor. No recuerdo el momento en que se transparentó definitivamente. Siguió la desaparición de los pies, total no iba a caminar sino trasladarme en auto. Mi voz comenzó a flaquear y solo emitía un poh cada cierto tiempo. Finalmente callé, aunque de vez en cuando escucho el quejido de mi corazón solitario.

jueves, 29 de julio de 2010

El primer aborto legal en Bolivia

(Este artículo fue publicado el sábado 3 de octubre de 1998, en el diario “La Prensa” de la ciudad de La Paz y por el mismo recibí el Premio Especial de Periodismo en la categoría de reportaje, que me fue otorgado en diciembre de ese mismo año, por la Asociación de Periodistas de Bolivia). 

Por primera vez en la historia, un juez chuquisaqueño autorizó la interrupción del embarazo de una menor, que fue violada por su padre, en conformidad con las disposiciones legales vigentes. El caso puso al descubierto falencias normativas e ignorancia de parte de las autoridades judiciales y los galenos respecto al tema del aborto. En Bolivia ocurren unos 40 mil abortos al año, de los cuales 30 mil se realizan en condiciones de riesgo. Alrededor se ha tejido una red de corrupción que incluye un sinfín de consultorios y clínicas clandestinas. La ley existe, hay que afinarla. 

En ese día de abril no hubo sol. El padre llegó borracho a la casa y violó a su hija. Unas semanas después, la madre se dio cuenta de que la niña, de apenas 14 años, estaba embarazada. La historia es común. En el primer semestre de 1998, las oficinas de la Policía Técnica Judicial de todos los departamentos recibieron, en total, 600 denuncias de violencia sexual, de las cuales el 90 por ciento ocurrieron en contra de mujeres menores de 21 años. Se cree que un 30 por ciento de los casos derivan en embarazos no deseados.

Pero la historia ocurrida en Sucre es diferente. Se instauró un proceso legal en contra del violador y el juez dispuso la interrupción del embarazo, lo que se cumplió a duras penas. Con todo, es la primera vez que en Bolivia se aplican, a tiempo, las disposiciones legales autorizando un aborto en caso de incesto, violación o estupro.

En diciembre de 1993, dos adolescentes cruceñas fueron violadas por su padre y quedaron embarazadas. La madre acudió a la justicia para lograr la interrupción de ambos embarazos. Hasta mayo de 1994 no había conseguido nada. ¿Para qué? Ya era tarde. Las niñas dieron a luz a los hijos de su padre. 

Historia de abril

Leona Cervantes de Velarde veía a su hija muy indispuesta. Tenía todos los síntomas de un embarazo. Preguntó y la niña le contó lo que había pasado esa tarde de abril cuando vio, aterrorizada, como el padre borracho se abría los pantalones, mientras la obligaba a desvestirse.

Portera de una escuela de la zona, Leona acudió a la directora de ese establecimiento en busca de un consejo. Fue remitida a la Defensoría de la Mujer del Centro Juana Azurduy, en Sucre, donde le dieron la asistencia necesaria. A fines de julio, Leona presentó una denuncia contra el violador y solicitó la autorización para que se practique la interrupción del embarazo de su hija, que ya llevaba diez semanas de gestación, según el informe forense del médico.

Entretanto, Avelino Velarde, el perpetrador, se había fugado. Ahora le esperan un juicio por rebeldía y la cárcel. El 8 de agosto, el Juez de Instrucción Tercero en lo Penal de la capital autorizó, en conformidad con el artículo 266 del Código Penal, la interrupción del embarazo de la menor, “considerando la salud y fecundación incestuosa de la niña, fundamentos que son razonables y legalmente atendibles”. 

¿Qué dice la ley?

El Título VII del Código Penal, sobre los delitos contra la vida y la integridad corporal, condena el aborto con riesgo de encarcelamiento tanto para el que los practicase como para la mujer que lo consintiese. la legislación contempla la interrupción del embarazo en algunos casos. El Artículo 266 del Código Penal indica: “Cuando el aborto hubiere sido consecuencia de un delito de violación, rapto no seguido de matrimonio, estupro o incesto, no se aplicará sanción alguna siempre que la acción penal hubiere sido iniciada”.

Pero la normativa, vigente desde hace 27 años, no puede ser aplicada efectivamente porque carece de reglamentación. Según el abogado Fernando Villamor, existen algunos reparos. La violación es un concepto jurídico que obliga a esperar a un pronunciamiento judicial y que constituye una laguna para el caso de una absolución para un supuesto violador, ya que el fallo judicial puede producirse después del parto.

Eso fue lo que ocurrió con el caso de Santa Cruz. A finales de 1993, Héctor Zárate violó a tres de sus cinco hijas y dejó embarazadas a dos. La madre denunció el crimen y siguió cada uno de los pasos previstos legalmente para interrumpir los embarazos de sus hijas. La respuesta del fiscal fue inmediata y positiva. Sin embargo, el Juez de Instrucción en lo Penal declaró carecer de competencia para tratar el caso y remitió el expediente al Juez de Familia. “Yo soy evangélico y mis principios no me permiten dar una orden de este tipo”, dijo a tiempo de excusarse. 

Juego de moralinas

El asunto del aborto trasciende los ámbitos legales y se adentra en los campos de la ética religiosa y la conciencia individual. En Sucre, Leona Cervantes presentó a los médicos del Hospital de la Mujer la orden judicial para proceder a la interrupción del embarazo de su hija. Receloso, el Director de esa institución solicitó el respaldo del Colegio Departamental de Médicos.

La institución informó que no le correspondía emitir autorización alguna respecto al caso, exhortando a acatar la orden judicial. El 13 de agosto, Leona acudió al nosocomio para internar a su hija, pero el médico interno se rehusó a aceptarla, aduciendo que “no iba a matar a un niño ni a cometer un asesinato”.

La Iglesia Católica condena inflexiblemente el aborto, aun los producidos en el momento más prematuro del desarrollo embrionario. “La vida humana debe respetarse y  protegerse de manera absoluta desde la concepción… el aborto directo, es decir el aborto consentido como un fin o un medio, es totalmente contrario a la ley moral”.

Aún así, la mayoría de los feligreses considera que debe recurrirse al aborto en ciertos casos. El 72 por ciento de los australianos considera que la decisión debe ser asumida por las mujeres y sus médicos; en Brasil, el 40 por ciento opina que la pareja debe ser libre de decidir al respecto. El 42 por ciento de los bolivianos no está de acuerdo con la posición de la Iglesia Católica sobre el aborto.

En 1975, el presidente francés Valery Giscard D’Estaing manifestó: "Comprendo perfectamente el punto de vista de la Iglesia Católica y, como cristiano, lo comparto. Pero no corresponde a la ley civil imponerlo con sanciones penales, al conjunto del cuerpo social". Los grupos que discrepan con la posición de la Iglesia argumentan que se debe decidir o elegir de acuerdo con la propia conciencia.

Y la realidad da la espalda a los preceptos de la Iglesia. En Bolivia se practican unos 30 mil abortos inducidos cada año. Cada día se realizan 55 mil abortos inseguros en el mundo, de los cuales 83 ocurren en Bolivia. La interrupción del embarazo en condiciones no adecuadas resulta, casi siempre, en la muerte de la madre o el daño severo a su salud. Una legislación adecuada como es la que se reclama ahora en el país, no pretende fomentar la práctica del aborto, sino de proveer de condiciones seguras para que éstos se realicen. 

Abril termina en agosto

Con una amenaza del juez, la niña sucrense fue finalmente internada el 14 de agosto. Normalmente el aborto se induce con una pastilla vaginal, que causa el sangrado. Luego se produce el legrado o raspaje del útero. A la hija de Leona tuvieron que aplicarle seis pastillas vaginales. Su cuerpo, que tiene la consistencia de una niña de nueve años, no podía asimilar los estímulos. Finalmente, en el más absoluto secreto, la niña abortó, dando fin a un embarazo de cuatro meses. Ahora se encuentra en terapia sicológica, se ha reincorporado al colegio y llevará indeleble el recuerdo de la violencia  que su padre ejerció sobre ella.

Recuadros
Nueva ley sobre el aborto
Aborto Inseguro: Muerte

Infografía:
Cifras y legislación sobre el aborto en América Latina

Maria Elisa Martinic

domingo, 18 de julio de 2010

Edmundo Paz Soldán


“Soy un escritor, pero el que quiero ser está siempre en construcción”

Ya es un autor de renombre en el panorama literario hispanoamericano. Además es un referente de opinión en temas de actualidad internacional. De hecho, este encuentro ocurrió en Santiago de Chile, desde donde el escritor cochabambino conversa sobre la realidad boliviana de hoy, el liderazgo del presidente Morales y su propia literatura.




El escritor El académico. El columnista. El compatriota. El desconocido. Y otra vez el escritor. Edmundo Paz Soldán se despliega en todas las versiones de si mismo a lo largo de los cinco días que ha pasado en Santiago, con motivo de un simposio, y que son los mismos que vengo acompañándolo de lejos, no tan lejos y finalmente cerca.

“Tengo la vocación muy marcada”, confiesa. Cerca es ahora, en una mesa del comedor del hotel donde se hospeda. Afuera un magnánimo sol intenta entibiar la mañana. Pero da lo mismo si sus esfuerzos son en vano; el cielo escampado y luminoso es de por si una victoria.

No puedes librarte de los días nublados, le digo. Asiente. Edmundo vive en Ithaca, un pueblo al norte de Nueva York, cerca de la frontera con Canadá, donde el frío y la nieve se sienten durante gran parte del año. Y lo que puede ser un detalle, como el clima, es mas bien una realidad contundente: Ithaca, y no su Cochabamba natal, es su hogar desde hace 12 años.

Sede de la Universidad de Cornell, es ahí donde Edmundo imparte la cátedra de Literatura Latinoamericana. Desde allí también escribe las columnas de opinión sobre temas de política y literatura que son publicadas en varios diarios y revistas del mundo, El País de España, o La Tercera de Chile, entre otros. Alimenta regularmente su blog, que se difunde a través de El boomeran y está trabajando en la novela Norte, la última que se suma a las ocho ya publicadas hasta ahora.

Tus novelas repasan la historia reciente de Bolivia. ¿Cómo ves a nuestro país en este momento?

Creo que estamos atravesando un momento relativamente estable, considerando nuestra historia. Ese empate catastrófico que marcó la historia de los últimos diez o quince años en el país, se ha resuelto a favor de una victoria contundente del MAS. De ahí viene una estabilidad relativa, ya que siendo el país como es, siempre van a haber conflictos. Evo va a seguir en su intento de copar todas las áreas del poder en un proyecto hegemónico y mientras la oposición no consiga líderes o haga una propuesta capaz de responder a la del MAS, las cosas van a seguir como están en el país, por lo menos en lo que queda del gobierno de Evo.

Tomando el momento actual como punto de partida, ¿se puede hacer una proyección sobre el tipo de país que tendremos de aquí a unos años?

Es muy difícil hacer predicciones de ese tipo, especialmente en la política boliviana. Depende de lo que Evo y su partido vayan a hacer en lo que queda de su mandato. Mucho depende también si aparecen líderes indígenas capaces de quitarle el liderazgo a Evo, o líderes de la oposición que puedan enfrentarse de una manera coherente al proyecto de Evo. Si creo que hay un cambio fundamental que ha permitido la inclusión de sectores sociales marginados. El desafío debiera ser que esa inclusión sea armónica, y sin rencores, lo cual es muy difícil, pensando en el accionar del MAS en los últimos años. Mas bien, ese intento de inclusión ha generado mucha desconfianza y malestar regional y han aflorado viejas tensiones acerca de nuestras diferencias regionales. La victoria de Evo puede terminar siendo muy costosa. La apertura a otros grupos está siendo hecha a costa de la ruptura de cierto pacto social que existía en el país. Esa es la parte más complicada y para eso se necesita un tipo de liderazgo que quizás no es el de Evo.

Has mencionado el liderazgo del presidente. Es indudablemente un hombre de gran carisma, con un discurso convincente, algo desbocado últimamente. ¿Cómo evalúas el liderazgo de Evo Morales?

No es casualidad que Evo tenga tanto capital político. Digan lo que digan, Evo es capaz de lograr, en cualquier elección, más del 50 por ciento de los votos. Eso no se logró con ningún partido político tradicional en toda nuestra historia democrática desde los años 80. Eso se debe a que Evo está interpretando el sentir de las mayorías en Bolivia. Puede ser que ese sentir tenga que ver con mucho rencor acumulado por las injusticias sociales que han existido en el país durante siglos. Pero también creo que un buen liderazgo se define por la capacidad de apuntar a caminos opuestos a lo que quiere ese pueblo. Me explico: cuando (Nelson) Mandela sube al poder, mucha gente que lo apoyaba, quería venganza contra los blancos del apartheid. Pero él dijo que no, que la única forma de convertir a Sudáfrica en un modelo de país moderno es la incorporación de aquellos que los despreciaban. Eso es lo que hace que Mandela sea diferente, no solamente a Evo, sino a casi todos los líderes políticos que hemos tenido a lo largo del siglo XX. Con la visión de ir más allá de la cosa mezquina y en el momento en que Evo pueda lograr eso, vamos a estar hablando de un liderazgo que no solamente responde a las mayorías, sino que responde a todo el país.

¿Cuán virtuosa o perversa puede ser la influencia de Hugo Chávez en Evo Morales?

Creo que hay una admiración genuina de parte de Evo hacia Chávez y creo que también hay una cuestión de pragmatismo. Si Evo va a enfrentarse al imperio, necesita tener aliados fuertes y el único aliado posible es Chávez. Cuba puede ser un aliado simbólico pero no tiene capital económico. Un país tan pequeño como Bolivia necesita adscribirse a un eje más grande para poder sentir que su batalla contra el gigante tiene sentido. Por ese lado se entiende muy bien la necesidad que tiene Evo de seguir a Chávez. Y si no hubiera sido Chávez, sería Lula o algún otro líder regional. A Bolivia, por si sola, no se le va hacer caso; tiene muy poco peso específico en el concierto de las naciones.

Sumarían más de veinte años los que Edmundo ha dejado Bolivia. Se fue a estudiar Ciencias Políticas. Tiene un doctorado en Literatura Hispanoamericana. Acaso el reconocimiento más importante que haya recibido es el Premio de Cuento Juan Rulfo en 1997. Recorrido y méritos que han tenido siempre un referente lejano y predilecto: la patria.

¿Habrías tenido el mismo destino como escritor si te hubieras quedado en Bolivia?

Nunca se sabe. Yo tiendo a distraerme muy fácilmente. Tengo la suerte de vivir ocho meses al año en un pueblito en la frontera con Canadá, de 60 mil habitantes, en el que no hay muchas distracciones y eso me ha permitido concentrarme. Quizás en Bolivia me habría sido más difícil. En Bolivia es muy difícil estar solo con uno mismo. Y tampoco uno quiere estar solo. Tienes a la familia, los amigos, la vida social tan intensa, tan entrañable. Yo tenía la vocación muy marcada, no habría dejado de ser escritor pero me habría dividido en varias otras cosas. No me habría enfocado tanto en la literatura, habría sido más disperso.

¿En qué ha influido esa distancia con el país en tu obra?

Vas construyendo otro país en la distancia. Está mezclado con tus recuerdos, con la Bolivia de hoy y con las cosas que vives en el presente. A veces la distancia es buena porque te permite tener una perspectiva amplia sobre las cosas. Y a veces no es buena, porque te impide estar en el día a día. Creo que lo mejor que te puede dar la distancia es la sensación de extrañeza. Cuando ciertas cosas son parte tuya, cuando eres parte de una sociedad, no las cuestionas. Pero al salir, vivir en otro lado y volver, te chocan, te llaman la atención y creo que de ese chocar, muchas veces nace la escritura. El gran peligro de un escritor es familiarizarse demasiado con lo que está en el entorno, que ya nada te llame la atención.

Con el libro Los vivos y los muertos, publicado en 2009, el autor marca una distancia temática con Bolivia. Por años, Estados Unidos le había intimidado, hasta que dio con la historia trágica de un grupo de adolescentes en Madison, pueblo ubicado a 20 minutos de Ithaca. Fue casi como escribir sobre mi barrio, dice.

Ahora trabaja en una nueva novela ambientada en la frontera entre Estados Unidos y México, aún más lejos. Ahí radicaría el misterioso encanto del escritor. “Por suerte en la literatura uno siempre tiene mucho que aprender y si uno no se pone nuevos desafíos, no busca nuevos registros, la obra se puede anquilosar. Una de las cosas que me atraía de esta nueva novela es que se trata de un espacio que no conozco. Y digo, medio en serio y medio en broma, que mi siguiente proyecto es ambientar una novela en Marte. No quisiera quedarme en los territorios que ya conozco de Cochabamba o Río Fugitivo. El momento en que todo empieza a salir muy fácilmente, es cuando hay que preocuparse. Creo que uno tiene que estar constantemente desafiándose. No siento que haya llegado al lugar que quiero llegar. Me siento, sí, un escritor. El que quiero ser, siempre está en construcción”.

Maria Elisa Martinic

Entrevista realizada en mayo de 2010, y publicada en la revista Cosas Bolivia en la edición de julio del mismo año.

martes, 6 de julio de 2010

Esta nota fue escrita en mayo de 2010, en Santiago de Chile, a propósito de la realización del simposio literario "Fisuras del Fin del Mundo - Narrativa weird en Latinoamerica", que fue organizado por la Pontificia Universidad Católica de ese país, en conjunto con Washington University in Saint Louis, y contó con la participación de los escritores Edmundo Paz Soldán, Alberto Fuguet, Alvaro Bisama, Jorge Baradit y Francisco Ortega. Fue publicada en el diario boliviano Página Siete, en junio de 2010.





Edmundo Paz Soldán

“Podría decirse que literatura weird también es Borges”

Debe ser la expectación. Es el simposio sobre Narrativa Weird en Latinoamérica y me parece que camino a tientas en el bosque tupido y umbroso de las palabras. La sala no es grande, pero está abarrotada. La luz de la mañana vulnera las persianas cerradas y el ambiente es casi acogedor. Se inaugura el evento, llegamos al claro.

Se dice de la narrativa weird que es el conjunto de textos, que profusos han emanado de la creativa de ciertos autores sin sujetarse a un género en particular, pero que reflejan una fuerte influencia de la ciencia ficción, el terror y lo fantástico. También del cine, el cómic, la televisión y los videojuegos.

Ahí, en ese todavía difuso territorio, deambula la obra de los escritores Cesar Aira, Ricardo Piglia, Rodrigo Fresán y Guadalupe Nettel. La corriente tiene larga data y el simposio se ocupa de debatir, argumentar y contraargumentar sobre el concepto weird en la Latinoamérica de hoy, dice el escritor argentino estadounidense Mike Wilson, autor de “El Púgil” y “Zombie”, novelas que también se inscriben –más recientemente- dentro de la narrativa de la extrañeza.

Así, cuando Andrew Brown, académico y director de Estudios de la Facultad de Literatura de Washington University de Saint Louis, refiere que los textos literarios incluyen alusiones constantes a otros géneros, desentraña un antiguo texto de Edmundo Paz Soldán, publicado en su blog Río Fugitivo, a su vez inspirado en el inmarcesible cuento de Julio Cortázar, La Casa Tomada, y que se acoge a los párrafos de una canción de Ryan Adams.

Y eso, dice Brown, es el mash-up literario que asoma como una tendencia en la narrativa reciente. Enuncia una nueva forma de enfrentar la literatura añadiendo el Internet para conformar nuevas mezclas y sampleos (entendiéndolo como muestras), expandiendo el concepto del texto del papel a la pantalla y enriqueciendo el momento de la lectura.

En el encuentro, el escritor boliviano ha sido aludido por sus novelas Sueños Digitales (2000) y El Delirio de Turing (2003). “Están marcadas por el impacto de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana y me interesaba registrar ese cambio en los individuos y las sociedades, como una reflexión ética sobre el tema. Soy un escritor que viene de una tradición más realista, y estas novelas, que están cruzadas con hackers, photoshop; tienen ese tipo de reflexión que encaja muy bien con el tema del simposio”.

Además, Paz Soldán ha participado en un coloquio y una mesa redonda sobre los espacios y la ficción weird. “Hay muchos autores chilenos que están escribiendo con influencias muy cruzadas con la cultura pop. Este tipo de literatura, que está siempre en los márgenes, aquí en Chile ocupa un lugar muy central. No así en Bolivia, donde la mayoría de los escritores trabaja en una corriente más realista, en el mejor sentido de la palabra. Las nuevas generaciones como Rodrigo Asbún, Max Barrientos, Wilmer Urrelo, Giovanna Rivero, se inscriben dentro de una tradición más realista”, explica Edmundo.

Nada es necesariamente nuevo en literatura. “En la definición de weird, como la entendieron los organizadores del simposio, es un tipo de literatura realista que está cruzada por influencias que no tan realistas. Pero así también podría decirse que literatura weird también es Borges”, aclara Paz Soldán. Igualmente se pueden descubrir innumerables mash-ups en los escritos de Cortázar que van y viene del jazz, o en Hemingway, que se inspiraba en los lienzos de Monet.

Según los organizadores del simposio, el realismo literario en América Latina se ha agrietado y esas fisuras han dejado escapar estos textos diversos. El afán entonces es legitimar el espacio al que se acogen. Y es que, providencialmente, el denso bosque de la palabra es inmenso y profundo.